Sorprendamos al día dando lo mejor de nosotros
mismos. No paremos. Dejemos el peso innecesario en alguna esquina, sin
localizar, para que no exista ni la más mínima tentación de volver a él.
Abundemos en lo positivo desde el afán de
ayudarnos y de contribuir con los demás. Los territorios que hemos de abonar
tienen que ver con el corazón, con el amor que podemos despertar.
No disimulemos. Seamos leales. La capacidad se
demuestra andando. Nos buscaremos en itinerarios de fortuna para compartirla.
Lo que se da se conserva y se potencia de algún modo.
Eduquemos la mente en valores. No debe faltar el
sentido de la ética en nuestro deambular. Los hechos afirman cuanto somos.
Analicemos con suficiencia por si hemos de mudar algunos términos.
Tratemos, repetimos, que la jornada sea un tanto
inesperada. Hay mucho atractivo en la transformación desde el entusiasmo. Las
oportunidades aguardan, pero sólo nos valen si las aprovechamos. Esto es obvio,
pero no siempre oteamos con sentido común.
En consecuencia, ¡adelante!, y brindemos lo mejor
de nosotros. Las circunstancias serán agradecidas.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario