martes, 17 de noviembre de 2009

Flujos y reflujos

Ante la puerta cerrada

Me duele mucho.
Acabo de cerrar
esa puerta
tanto tiempo abierta,
y ahora no sé qué hacer.

Imaginaba algo así,
pero no tanta indefensión.
La pobreza viene
de la falta de hábitos
para salir adelante
en los cambios,
ante ellos,
viviendo transformaciones
más o menos complejas.

Te has comprado
otra ocasión perdida,
una más o una menos,
que no llevo la cuenta,
y me dejas como un trapo
inservible, lleno de agujeros,
maldito para los próximos
meses o años.

Estoy en el nuevo trance,
en camino hacia la nada
más particular,
con impresiones dolientes
que nos agotan
con pensamientos escondidos.

Estoy y no estoy,
porque te vas,
porque sorpresivamente
has recorrido otro mundo
con vencimientos pasados.
Soy algo más,
o eso pensé al equivocarme
de destino en el amor.

Es un duro error,
ya lo sé,
y por eso sufro tanto
al cerrar de nuevo la puerta,
la única puerta
por la que merece la pena luchar.

No quiero ni mencionarla,
ni descubrirla otra vez,
ni tan siquiera hablar de ella.
No quiero, no.

La puerta está clausurada,
otra vez, enésima ella,
y aquí estoy paralizado,
otra vez, enésima ella,
mirándola, decepcionado,
en otro tiempo,
o puede que en el mismo.

Buscaría sones y caricias

Buscaría una triada
de caricias soñadas
con las que suplir
las olas convertidas
en tempestades
que me pueden.

No te veo
como esa diosa salvadora,
pues ya no me sanas
como antes,
como cuando creía en ti,
en los dos más bien.

No doy con ese aire
limpio y dulce
con el que caminaba,
en su día o siempre,
plácidamente, con decoro,
con jovialidad
y una gran fuerza juvenil.

Era grande y pequeño
cuando andábamos juntos.
Ahora no sé qué soy,
ni hacia dónde voy,
ni si mereció la pena,
ni como enjugar las lágrimas
de una herida
que se abre más y más.

Buscaría esos sones
convertidos en realidades
medio virtuales,
o algo así,
y me agarraría a la oscuridad
con fe ciega,
si supiera que hay una oportunidad,
pero no la hay,
y, mi buena amiga hasta ahora,
ya lo sé,
por desgracia lo sé.

Besos vacíos

Corriges el amor,
que es ansia malhumorada,
malgastada en las señales
que cruzan el desierto,
hoy manso y quieto
por la precipitación
de tu marcha,
que se suma a la herida
de mil batallas solitarias.

Avanzas en ese instante
que es poder a medias,
lanzado al vacío,
supuesto, recio, callado,
como todo poder,
presto a una deficitaria
gestión y defensa.

Equilibrio cuentas,
que salen a medias
en la penumbra de un anhelo
silente, golpeado
por la rutina sin objetivos
claros y sanadores.

Cambias tu destino,
y otra vez te equivocas
mientras ves que llegas
con un saco de besos
en el vacío,
vacíos ellos mismos
de ese contenido azulado
que, de existir,
sería embriagador.

Viajo solo

Viajo hoy solo
hasta tu luz,
aunque me duele,
aunque me rompo,
pese a la distancia
que me regala
tu cercanía...

Y no soy,
a pesar de todo,
mientras sueño
con llegar a ti,
que equivale a un final
no apetecido,
que aparece a modo
de un brindis a la nada,
que me procura todo
lo que no quiero hoy.

Empiezo la singladura
hasta esa sombra
que me pareció luz,
y ciego quedo,
más de lo que estaba,
mucho más de lo que puedo soportar.

Viajo solo:
ése es el problema,
aunque vaya hacia ti.

En la bienvenida, adiós

Querría ser positivo,
más que por ti,
por mí,
pero no lo soy,
ni puedo ni lo deseo,
pues el engaño es lo peor,
o puede serlo.

No me dejas
que me tape los ojos.

Querría decirte hola,
pero hoy toca el adiós.
En la llegada ya es despedida,
con el saludo aparece la lágrima,
y no soy en ti
porque no quieres.

Me demuestras
que en la bienvenida
todo se asemeja a un lo siento,
y me despido
llorando ese amor
que pudo ser
en sueños, a ciegas,
pero que no es,
que no puede ser.

Adiós, amor,
que seas feliz.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Estamos y estaremos

Espero en otra vida, quizá más lejos aún. No me daré por vencido en ningún supuesto. Nos brindamos lo mejor de nosotros mismos, y ahí estamos y estaremos.

Hacia la voluntad suprema

Me he tomado ese respiro en el que somos más de lo mismo, lo mismo de siempre, el hábito hacia la voluntad suprema.

Sea por siempre

Nos miramos. Hemos acudido a la llamada de un sentimiento que se hará profundo con el amor que nos damos. Así sea por siempre.

Iré a confiarte mi amor

Nos maravillamos por ese pasatiempo que nos olvida entre una gratitud y otra. Iré a confiarte mi amor.

Lo que es

Rastreamos por caminos de glorias finitas. Hemos acudido a ver lo que es sentimiento, lo que es amor, lo que es...

Seguiremos

Me esfuerzo en ver lo que sucede ahora que lo que sucede es como yo desee. Nos hemos mirado, y algo hemos sentido. Seguiremos.

Sensaciones nuevas

Me subo a ese escenario en el que somos más que una oportunidad. Las astucias nos llevan a sensaciones nuevas.

La vida pasa deprisa

Yo te diré algún día lo que siento, y sentiré no haberlo dicho antes. La vida pasa muy deprisa.

Hemos vuelto

Me comentas cosas en las que no creo, y debería. Alguien debería decirme qué puedo hacer. Las consultas no han de ser tan distantes. Hemos vuelto.

En la soledad

Me has propuesto quedarme en la carencia más absurda. No tiene sentido tanta soledad. Nos veremos en otro momento. Nos hemos solidificado en la soledad.

La pista de otro amor

No me digas lo que podrá ser cuando sea, cuando nos digamos algo más. Hemos subido a la pista de otro amor.

Pausadas respuestas

Estoy contento de verte, de saborear las pausadas respuestas en las que nos gozamos un día y otro.

El fin que tanto he perseguido

Nos hemos mirado y hemos visto que damos con salidas antes de lo esperado. Tú eres ese fin que tanto he perseguido.

Normas no escritas

Me confundes con unas normas no escritas. Hemos adecuado algunos discursos. Te demuestro lo que te amo.

Ilusión necesaria

No te dejes llevar por las frustraciones que a menudo nos acompañan con invectivas que nos quitan la necesaria ilusión.

Dimensión mágica

Hemos suspendido algunas iniciativas a la espera de parar en el otro lado de la dimensión mágica que nos hemos procurado.

Ingredientes bien combinados

Buscaré y buscaré en la idea de dar con esos ingredientes que, bien combinados, nos digan qué hacer.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Sin reservas comunicativas

Agotemos los recursos, y seguro que más tarde surgirán más. La paciencia es defendible. La mesura es siempre deseable. Nos invita a mirar con valoración y criterio analítico. No obstante, tengamos capacidad de riesgo. Nos fijamos, en este momento, en luces y en sombras. Ya verás cómo no es malo que sea así. Me gustaría hablar contigo, contarte lo que siento, lo que soy, lo que llevo dentro, lo que me ha permitido viajar en el tiempo y dar con esa solución, que hoy, como ayer, lleva las iniciales de tus nombres, que hago míos. Eres la pregunta y la respuesta, la vida y la noche, con su desierto y todo.

Nos hemos visto con dudas, con vacilaciones que nos han transportado a la amistad más profunda. Hemos ganado la ilusión más larga, el complaciente camino que nos importa más que otra cosa. Nos vemos con luces que alumbran un lago inexistente. No habrá baño, no habrá salvedad, no habrá frescura para lo que queremos contarnos.

Hoy no es el día, aunque lo parezca con la voluntad de un universo que finge afectos mientras viaja hacia la inventiva que es cuestión principal con soslayadas caricias que nos permitirán tener la apariencia de una dicha que otro se llevará a cuestas. Cuento con ello. Lo esperaba, pero ahora lo veo, lo experimento, y sufro, como sabía que iba a padecer. Nos relatamos muchas cosas, y muchas vemos con cautelas que nos ahorrarán un tiempo precioso.

Hemos adivinado pronósticos con reservas de espacios cariñosos que nos han hecho dudar en el instante final, que hoy vemos como principio, porque lo es. No hemos sido en la noche, con sus luces sombreadas, con sus cuatro tiempos, con voces y oscuridades de apetecibles señales que no tomaremos en su virtud y con su rumbo. La nada es hoy el todo, y el todo se convertirá en la rutilante y flamante nada tan pronto pase este episodio de felicidad, que transcurrirá a velocidad de vértigo. Siempre sucede así.

Hemos cautivado el destino, y éste nos sonríe porque busca apariencias que no engañarán con el desarrollo de un verbo que nos dictará los indicativos acústicos de la sinceridad, hoy parte de la obra en la que nos sentimos fantásticos. Te doy, en ese recorrido, las gracias. Mereces todo.

No dudaré en contarte lo que llevo en el interior. Hemos aprendido a compartir, y también a ganar con los resortes mágicos de lo que es noche y casi día. Veremos. La comunicación tiene esos contrastes. En ellos está su cosecha, su misterio, su voluntad, su carisma, su todo.

Recordar la importancia de la comunicación es mostrar agradecimientos que empiezan por este momento, que mostramos perenne. Las vacilaciones y las valoraciones absolutas tienen, en su término medio, como solemos repetir, una impagable virtud. No dejemos reservas comunicativas en su doble acepción. Mañana habrá más, y, además, lo que nos ofrezca algún recelo debemos comunicarlo para superarlo entre todos. Lo dicho: sin reservas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La cautela de la noche

Nos embarcamos en la cautela de una noche que me presta lo que no es mío. Hemos llegado muy lejos.

Coincidiremos bien

Me convences de una actuación que nos ha de trasladar a un mundo de sueños donde coincidiremos bien.

En otro instante

Gestionamos una nueva palabra para un resultado que ha de ser apetecido. Nos veremos en otro instante.

Respuestas nuevas

Nos hemos visto en un nuevo linaje que nos procura estar con respuestas nuevas a prestaciones de siempre.

Un milagro

Me cuentas lo extraordinario, y así lo veo. Estás tú. Me parece un milagro que las cosas sigan así.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Un poco más tarde

No me descalces ahora que nos recordamos como éramos. Nos aclaramos con respuestas silentes. Nos veremos un poco más tarde.

En la mejor red

Hemos recordado lo que hemos de ser en el vacío más existencial. Nos hemos colocado en la mejor red.

Volveremos a bailar

Te cuento lo que hemos hallado ante la novedad más manifiesta, y te digo, siempre te digo, que volveremos a bailar.