Nos damos un beso
que sana,
que nos envuelve,
que lima asperezas,
que nos hace bondad,
que nos requiere con paciencia.
Nos otorgamos una emoción
que libra de intenciones.
Nos suponemos.
Nos suplicamos.
Nos queremos.
Hay más besos,
y más presente,
y más futuro.
Nos ha tocado la magia.
Continuaremos el milagro.
Juan T.
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