Nos recorremos
el alma bendecida
por el amor hallado
tras años de espera.
Nos palpamos.
Nos entendemos.
La sonrisa dice todo.
Hemos dado con las respuestas.
Ya sabemos
que toca repetir las preguntas
esenciales, armónicas.
Nos recorremos
con guarnición y silencio.
Esto también resulta
con el amor hallado.
Juan T.
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