Llega la mañana. Nos sentimos útiles. Todo irá como debe. Somos estupendos.
Es bueno recordarlo para fortalecernos en los albores de la jornada.
Pensemos en todo lo que hay por hacer, hoy y todos los días. Rescatemos lo
más bonito de la memoria y ensalcemos las labores sencillas que nos hacen ser
dichosos. Reclamemos la paz desde la esperanza.
Tengamos a flor de piel las benditas emociones que nos invitan a sentirnos
vivos. Nos maravillaremos con cada ápice de la creación. Tenemos una inmensa
suerte de estar aquí.
Nos debemos fomentar con destellos de querencia. Nos declaremos en las
montañas que nos posibilitan la perfecta atalaya. Podemos mucho. Vamos formidablemente.
Lo sentimos. Es genial que sea de esta guisa.
Pronostiquemos aspectos nobles y buenos, y éstos surgirán cuando menos lo
esperemos. E incluso aguardándolos.
La aurora nos anuncia noticias óptimas. Son precursoras de lo que está por
llegar. Todo lo maravilloso es factible. Queremos que lo sea.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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