sábado, 8 de febrero de 2020

El punto de felicidad


Prestamos
un poco de placer
hasta dar
con la emoción
que nos lleva,
que indica pasos
que tomaremos.

Nos involucramos
ante un destino singular
que nos place.
Hemos recelado,
pero ya sabemos
que eso no tiene sentido.

Nos embarcamos
en la misión del amor.
Nos adecuamos
en unas hermosas praderas
que reclaman tiempo,
lugar, espacio, anhelos.

Nos reservamos
para cuando todo sea mejor,
con más sentido,
con un aspecto saludable
que nos debe ensalzar
el valor de la memoria.

Nos hemos inculcado
algunos estadios de antaño.
Nos rememoramos.
Hemos vivido los años
de una verdadera misión
que nos devolverá
a lo que fue verdaderamente.

Nos hemos amado.
Los divertimentos
recurren a los sitios
que sirven sonrisas
y cálidas atalayas
en un instante de jovialidad.
Nos hemos señalado
los elementos de juicio,
y todo ha sido más salubre.

Vamos dando
con la sujeción
más entrañable, diáfana,
placentera y querida.

Hemos aprendido a ser.
Suponemos que nada más precisamos
para ese punto de felicidad
al que tenemos derecho.
Así es.

Juan Tomás Frutos.

No hay comentarios: