Nos rodeamos de buenos intereses
con unos cuartos que son mitades en las destrezas más profundas, que nos llegan
con amor.
Nos rozamos y somos en la amistad más considerable, que nos indica qué
podemos efectuar en nuevos recorridos.
Nos tildamos de cariñosos, y lo somos en la espera que es fe que mueve
montañas. Hemos sacado fuerzas de flaqueza.
Nos hemos preñado de buenas intenciones que nos conducen por los recovecos
más entrañables. Hablamos.
Nos tumbamos en un escenario medio singular. Nos presentimos en unas
vacaciones que no haremos permanentes. Vamos ya.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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